Informe preliminar realizado en el Centro de Arqueología Urbana en el año 1995. A continuación, se incluye el informe realizado por el Dr. Mario J. Silveira sobre los restos óseos hallados en esta locación.
I) Presentación
Durante el año 1995 se llevó a cabo una prospección arqueológica en la Casa Histórica (Caria, Martínez y Oliszewski 1995), consistente en una trinchera de 2,50 metros de largo y 0,50 metros de ancho, ubicada en el patio posterior del lote donde se halla el edificio histórico. El objetivo central del trabajo estaba en relación con los trabajos de investigación histórica que se llevaban a cabo en el lugar (Marinsalda 1995) con el objeto de reconstruir el proceso de formación del sitio; es decir, tratar de entender con técnicas científicas adecuadas el complejo proceso de ocupación del suelo, de uso de ese espacio urbano y de la secuencia de edificicación, demolición y reconstrucción vivida a lo largo de dos siglos. La trinchera de sondeo fue excavada ubicándola en el lugar donde, según la hipótesis sustentada por Marinsalda, debía hallarse el muro frontal del cuerpo posterior del edificio, al parecer demolido.
El objeto central de este texto es presentar un estudio de los materiales recobrados por los arqueólogos, en base a sus textos y notas de campo, los que fueron limpiados, fotografiados y clasificados en el Centro de Arqueología Urbana durante el mes de febrero de 1996.
La excavación demostró la presencia de tres niveles estratigráficos, definidos por sus excavadores a partir de «la potencia de los restos culturales» (Caria, Martínez y Oliszewski 1995):
- la capa superior de humus
- un estrato poco diferenciado que incluye «material de relleno» y cruzado por un caño de hierro
- un nivel que incluye cerámicas indígenas y huesos -entre otros objetos-, con gran porcentaje de arcilla y que a partir de los 70 cm se transforma en estéril.
II) Descripción
La revisión de los materiales de las tres cuadrículas excavadas en función de su estratigrafía muestra que todos los materiales, tanto antiguos como modernos, se repiten en todos los niveles y que los contextos que forman son exactamente iguales entre sí en vertical y en horizontal. Por lo tanto, aunque se utilizó ese sistema de ordenamientoespacial para la clasificación y el estudio, el texto se hace tomando el conjunto como único dado que la estratigrafía artificial establecida no tiene evidencias de estar relacionada con la natural, si es que ésta existe; el caso mas evidente es el de la presencia de dos fragmentos de azulejos europeos de inicios de este siglo en el nivel mas profundo (Cuadr. III, nivel 3), y lo mismo sucede con vidrios de estantes de una heladera eléctrica en el segundo nivel.
El estudio del material faunístico ha sido entregado al especialista pero aún no se cuenta con el resultado del análisis.
El primer nivel se caracteriza por la gran concentración de materiales de variada naturaleza: predominan los de construcción como ser clavos redondos (6 fragmentos), ladrillos (68 frag.), azulejos (5 frag.), mosaicos (1 frag.), tejas (28 frag.), revoques (2 frag.) y cal (36 frag.). Esto plantea que la presencia de actividades constructivas fue muy fuerte, incluso agresiva, y pueden citarse en el nivel superficial un azulejo blanco Pas de Calais de mitad del siglo XIX junto con otro posiblemente inglés de finales de ese siglo. La modernidad de todo ese conjunto y la alteración que las actividades recientes han introducido se nota en la gran cantidad de vidrios de estantes de heladera (16 fragmentos) hallados hasta los 30 cm de profundidad. Los demás vidrios son en extremo variados -en realidad uno de cada uno-, habiéndose hallado desde un fragmento de botella inglesa de vino soplado de inicios del siglo XIX junto a vidrio de botella hecha a máquina en molde y una copa.
Las lozas en cambio presentan poca variedad: en total hubo 78 fragmentos de los cuales dos son lozas del tipo Creamware pertenecientes a un plato sin decorar; las lozas tipo Pearlware son 35 fragmentos con decoración de las variedades Anular, Floreal, Borde Decorado, Impreso y Blanca. Las 41 lozas tipo Whiteware pertenecen a platos blancos, Floreal e Impresos. El cuadro es el siguiente:
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1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | Total | ||
Cream. | 2 | 2 | 2,6% | |||||
Pearl. | 6 | 1 | 25 | 3 | 35 | 44,9% | ||
White. | 23 | 1 | 14 | 2 | 1 | 41 | 52,5% | |
31 | 2 | 29 | 3 | 2 | 1 | 78 | 100% |
- Blanca
- Floreal
- Impresa
- Borde Decorado
- Anular
- no identificado
Entre las lozas la que mas estuvo representada es la de color marrón, con 24 fragmentos pertenecientes al menos a dos platos y una fuente de gran tamaño de motivos bucólicos y floreales, destacándose la imagen de un paisaje con una capilla. Todas las lozas son de origen inglés.
Existen algunos objetos que pueden citarse aunque haya habido un único ejemplar de cada uno, como una porcelana europea blanca, un botón de hueso trabajado con torno en forma semi-industrial, un fragmento de maceta cerámica, una moneda de 10 ctvos. de 1986, una ficha de piedra de 2,7 cm de diámetro y sólo 3 mm de espesor posiblemente para el juego de damas o el chaquete.
El conjunto mas significativo para nuestra visión actual es sin duda el de la cerámica mas modesta, de pastas rojas y que muy lejos estaban de las lozas europeas. Se hallaron 30 fragmentos que los hemos calificado en tres grupos: Finas, Utilitarias y Rústicas. Las primeras son dos fragmentos de 4 mm de espesor hechos en torno, con pasta de grano y cocción de alta calidad, pintura roja externa y ambas provienen del nivel superior de la Cuadrícula 1; sólo conocemos un antecedente semejante en Buenos Aires y otros dos de Mendoza por lo que no podemos dar mayor explicación al respecto. Las dos cerámicas Utilitarias son similares a las que hemos definido hace años con el mismo nombre y son comunes en el siglo pasado a casi todo el país, de producción regional, caracterizadas por una cubierta interior/exterior de plomo de mala calidad y poco amarre, que toma brillos amarillentos o verdosos. En este caso pertenecen a un plato con base anular.
Las que hemos llamado Rústicas son cerámicas locales cuya pasta posee gran cantidad de pequeñísimas espículas de mica, lo que le da un brillo muy peculiar. Esto se observa también en la totalidad de las tejas y los ladrillos del conjunto, mostrando que deben haber sido producidas en un mismo lugar o región. No pueden confundirse con el Anaranjado Micáceo pese a ese rasgo tan peculiar. Son burdas, hechas sin torno, con terminación simple y apresurada, bordes mal terminados y bases planas con o sin pata anular. Dos de ellas tienen restos de pintura roja superficial; al menos un borde es muy similar al llamado Borde Evertido de tradición indígena de Buenos Aires.
Los materiales de construcción son los habituales: ladrillo común, tejas hechas a mano, revoques de cal con pintura y un fragmento de mosaico, clavos de perfil redondo -todos del siglo XX- y azulejos importados de Europa anteriores a 1940.
II) Conclusiones
En principio y tomando éste como un informe preliminar podemos asumir lo siguiente:
- el contexto original está totalmente perturbado e incluso cabe la posibilidad de que se trate de un relleno reciente que incluya materiales de diversa cronología. Sólo un estudio de otro tipo permitirá saber si los materiales antiguos llegaron con la tierra a la que se le agregaron los objetos modernos tal como la moneda de 1986 -ubicada en el nivel 2-, o si se excavó y se mezcló todo en más de una operación cuyos límites físicos son mas grandes que la trinchera excavada.
- los objetos muestran dos conjuntos claramente diferenciados: uno es doméstico y el otro es constructivo. El primero, al parecer el mas antiguo, muestra una posible familia ocupando el lugar y usando vajilla de loza inglesa y objetos tales como una copa, un botón, porcelana y una maceta, incluso jugando al chaquete con una ficha casera. El segundo conjunto es indicador de un siglo y medio de operaciones de destrucción y construcción contínuas.
- las cerámicas locales de tipo Rústico es interesante ya que mantiene la tradición indígena; es imposible saber con la información disponible hasta la fecha si indica una ocupación indígena previa, si viene con la tierra del relleno o si era usada en los siglos XVIII y XIX en la cocina tal como ocurrió en otras ciudades del país.
- las lozas indican, aunque ésto debe ser probado, la presencia de un contexto doméstico que usaba una vajilla inglesa de color marrón, aunque mezclaba las Pearlware con las Whiteware. Posiblemente ni siquiera deberían poder diferenciarlas entre sí y de ello podemos deducir que se trataba de una familia de recursos altos en la región aunque bajos para una situación diferente: una clase alta de provincia que usaba los rezagos de la importación de moda para el cosumo urbano de las grandes ciudades portuarias.
- los objetos en sí mismos hacen difícil.fechar el conjunto pero asumiendo una cronología relativa los materiales parecen mostrar una ligera concentración hacia finales de la segunda mitad del siglo XVIII (cerámicas Rústicas, loza Creamware), luego una mayor concentración a inicios del siglo XIX (lozas Pearlware, botella negra de vino) aunque mezclado con otras lozas Whiteware mas modernas. Podemos pensar la última etapa hacia 1800-1820 o un poco posterior; luego hay evidencias hasta la actualidad.
Clasificación funcional*
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Función | N° objetos | % |
Construcción |
153 |
38,7 |
Vajilla |
80 |
20,3 |
Cocina | 159 |
40,3 |
Uso personal | 3 |
0,7 |
Total | 395 |
100,0% |
(*) no se incluye el material óseo
La clasificación funcional nos reconfirma la gran presencia de los materiales de construcción (casi 40%) y.de cocina-vajilla (mas del 70%), no habiendo materiales de trabajo y casi tampoco de tipo personal (sólo el 0,7%). Esto reduce la posibilidad de que se trate de basura de desecho casero, pero también descarta el que sean sólo objetos descartados por los obreros trabajando, ya que faltarían las tradicionales botellas de cerveza, de ginebra y de vino -cada una según la época-, los asados de costilla y otros materiales como alambres y herramientas descartadas por desgaste. Tampoco contamos aún con el estudio de los restos óseos.
La posibilidad de que se trate de un sector muy perturbado, que tuviera materiales domésticos en superficie hasta mitad del siglo XIX y que mas tarde fuera mezclado con tierra de relleno durante obras de construcción tiende a confirmarse. Un estudio hecho con mayor detenimiento y amplitud puede llegar a dar mayores precisiones y detalles menos tentativos.
Bibliografía
Caria, Mario A., Jorge Martínez y Nurit Oliszewski; 1995, Informe de la prospección realizada en la Casa Histórica, Tucumán, mecanografiado.
Marinsalda, Juan Carlos; 1995/6, Comunicaciones personales, Tucumán.
Schávelzon, Daniel;
1991, Arqueología histórica de Buenos Aires: la cultura material porteña de los siglos XVIII y XIX, Corregidor, Buenos Aires.
1994, Arqueología e historia de la Imprenta Coni, Buenos Aires, Historical Archaeology in Latin America vol. 1, Columbia.
1995, Las fichas de juego en la arqueología histórica Argentina, manuscrito, Buenos Aires.
1996, Catálogo de cerámicas arqueológicas del Río de la Plata (apéndice gráfico), Centro de Arqueología Urbana, Universidad de Buenos Aires.
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RESTOS OSEOS EN LA CASA DE TUCUMÁN
El informe “Restos óseos de la Casa de Tucumán” fue realizado por Mario J. Silveira en el año 1996.
Introducción
En este trabajo se analizan los restos óseos obtenidos en excavaciones realizadas en la Casa de Tucumán. Estas tareas se realizaron recientemente por arqueólogos de la provincia de Tucumán, llegando este material por vía del Director del Centro de Arqueología Urbana de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, Dr. Arq. Daniel Schávelzon.
Objetivos y metodología
El objetivo en este caso es solo de asignar nivel taxonómico y cuantificar los restos óseos analizados.
La metodología de trabajo consistió en observar cuidadosamente todo resto óseo tratando de reconocer en primer lugar taxón. Si esto no se lograba se trataba de asignarlo a familia, orden o clase. En segundo lugar se observaba en cada hueso o fragmento característico para determinar la edad del taxón, el estado de conservación, los tipos de fracturas y la presencia de huellas o marcas.
Para el estudio se dispuso de material comparativo de la colección del autor, que se encuentra en calidad de repositorio en el Programa de Estudios Prehistóricos (PREP, CONICET).
Desarrollo
Efectuado el análisis del material óseo obtenemos los siguientes datos
CUADRÍCULA I-1
NISP |
MNI |
NC |
|
Bos taurus |
2 |
1 |
vacuno |
Ave | |||
Mammalia indet. |
NISP – Número de elementos reconocidos para un determinado taxón, género, familia u orden.
NMI – Número mínimo de individuos. Solo se usa cuando hay identificación a nivel de taxón.
NC – Nombre común.
Los restos de Bos Taurus corresponden a un carpo cubital y a un fragmento de astrágalo. El de ave es un fragmento de diáfisis. De los 18 de Mammalia, 9 pertenecieron a un mamífero grande, que no se identifica pues son fragmentos pequeños de diáfisis y costillas, lo mismo para un fragmento de mamífero mediano. Los dos restantes a un mamífero chico, probablemente a un roedor. En realidad cuando nos referimos a mamíferos grandes es muy probable que se traten de restos de Bos taurus, como los de mamíferos medianos a oveja o cabra. Además hay 12 astillas o fragmentos de tamaño tan pequeños que es imposible un reconocimiento aún a nivel de orden.
Todos los restos examinados están en buen estado de conservación y sin signos de meteorización. Un fragmento de costilla de mamífero grande presentaba algunas huellas de corte, realizadas con algún instrumento filoso, probablemente un cuchillo.
Respecto a fracturas tenemos los siguientes datos:
Fracturas longitudinales simples – 5 casos
Fracturas transversales rectas – 6 casos
Fracturas transversales oblicuas – 8 casos
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CUADRÍCULA I-2
NISP |
MNI |
NC |
|
Bos taurus |
2 |
1 |
vacuno |
Mammalia indet. |
8 |
Los restos de Bos Taurus corresponden a un fragmento de vértebra y otro de costilla. De los 8 de Mammalia, 4 pertenecieron a un mamífero grande, que no se identifica pues son fragmentos pequeños de diáfisis y costillas, lo mismo para los restantes 4 asignados a un mamífero mediano. Cuando nos referimos a mamíferos grandes es muy probable que se traten de restos de Bos taurus, como los de mamíferos medianos a oveja o cabra. Además hay 8 astillas o fragmentos de tamaño tan pequeños que es imposible un reconocimiento aun a nivel de orden.
Todos los restos examinados están en buen estado de conservación, salvo uno con signos de erosión, pero no hay meteorización. Al respecto aclaramos que nos referimos a erosión cuando el resto presenta signos de deterioro por procesos ocurridos dentro del sedimento que los contiene.
La meteorización es un diagnóstico que se observa cuando el material ha estado expuesto a los agentes atmosféricos.
Respecto a fracturas tenemos:
Fracturas longitudinales simples – 4 casos
Fracturas transversales rectas – 2 casos
Fracturas transversales oblicuas – 2 casos
Fracturas transversales astilladas rectas – 2 casos
Fracturas transversales astilladas oblicuas – 1 caso
CUADRÍCULA I-3
Solo cuatro fragmentos imposibles de asignarles algún nivel taxonómico por ser de tamaño muy pequeño (menos de 2 cm.)
CUADRÍCULA II-2
NISP |
MNI |
NC |
|
Bos taurus |
2 |
1 |
vacuno |
Rheidae |
1 |
1 |
ñandú |
Mammalia indet. |
6 |
Los restos de Bos taurus corresponden a un molar y fragmento de costilla. El de Rheidae es un fragmento de diáfisis de húmero, que atribuimos a ñandú. De los 6 de Mammalia, 4 pertenecieron a un mamífero grande, que no se identifica pues son fragmentos pequeños de diáfisis y costillas, lo mismo para los restantes 2 asignados a un mamífero mediano. Como en los casos anteriores cuando nos referimos a mamíferos grandes es muy probable que se traten de restos de Bos taurus, como los de mamíferos mediamos a oveja o cabra. Además hay 11 astillas o fragmentos de tamaño tan pequeños que es imposible un reconocimiento aun a nivel de orden. Todos los restos examinados están en buen estado de conservación.
Respecto a fracturas tenemos:
Fracturas longitudinales simples – 2 casos
Fracturas transversales rectas – 3 casos
Fracturas transversales oblicuas – 3 casos
Fracturas transversales astilladas oblicuas – 1 caso
CUADRÍCULA III-1
NISP | MNI | NC | |
Bos taurus | 2 | 1 | vacuno |
Ave | 1 | ||
Mammalia indet. | 1 |
El resto de Bos taurus corresponde a un fragmento de cabeza de fémur. Los de Mammalia, corresponden a un mamífero grande, que no se identifica pues son fragmentos pequeños de diáfisis. También es muy probable que se traten de restos de Bos taurus Además hay 12 astillas o fragmentos de tamaño tan pequeños que es imposible un reconocimiento aun a nivel de orden.
Todos los restos examinados están en buen estado de conservación, aunque uno está quemado. Respecto a fracturas tenemos:
Fracturas longitudinales simples – 5 casos
Fracturas transversales rectas – 3 casos
Fracturas transversales oblicuas – 6 casos
CUADRÍCULA III-2
NISP | MNI | NC | |
Bos taurus | 2 | 1 | vacuno |
Mammalia indet. | 12 |
El de Bos taurus corresponde a una vértebra caudal. De los 12 de Mammalia, 6 pertenecieron a un mamífero grande, que no se identifica pues son fragmentos pequeños de diáfisis y costillas, lo mismo para los restantes 6 asignados a un mamífero mediano. Reiteramos que cuando nos referimos a mamíferos grandes es muy probable que se traten de restos de Bos taurus, como los de mamíferos medianos a ovejas o cabras. Además hay 3 astillas o fragmentos de tamaño tan pequeños que es imposible un reconocimiento aun a nivel de orden. Todos los restos examinados están en buen estado de conservación.
Respecto a fracturas tenemos:
Fracturas longitudinales simples – 2 casos
Fracturas transversales rectas – 7 casos
Fracturas transversales oblicuas – 10 casos
Fracturas transversales astilladas oblicuas – 1 caso
Fractura en espiral – 1 caso
CUADRÍCULA N-5
NISP | MNI | NC | |
Bos taurus | 2 | 1 | vacuno |
Mammalia indet. | 2 |
El resto de Equus equus corresponde a un fragmento de diáfisis de húmero. Hay 2 de Mammalia pertenecientes a un mamífero grande que no se identifica, pues son fragmentos pequeños de diáfisis y de un extremo de epífisis. En este caso podrían ser de Equus caballos. Los de mamíferos medianos pueden ser de oveja o cabra. Hay también un fragmento de cabeza de fémur que corresponde a un humano adulto..
De los 4 restos examinados, dos presentan leve erosión (se incluye acá el resto humano), mientras que los 2 restantes están bien conservados.
Respecto a fracturas tenemos: solo una fractura longitudinal, dos transversales rectas y 1 transversal oblicua
Conclusiones
Hemos examinado 93 fragmentos óseos, de los cuales 43 tienen algún nivel de reconocimiento taxonómico y 50 son astillas o fragmentos tan pequeños que es imposible asignar reconocimiento alguno. En conjunto es una muestra escasa, y como no conocemos la estratificación ni la exacta procedencia de las cuadrículas es que haremos apreciaciones sobre el total del material analizado.
La mayoría de los restos (86%) corresponden a fragmentos de costillas (60%) y diáfisis (25,6%).
Llama la atención la buena conservación del material óseo y que en todo el conjunto hay mucha fragmentación.
A pesar de lo escaso del conjunto examinado, la tendencia de consumo estaría en el vacuno. El hallazgo de caballo no indica necesariamente consumo.
Luego habría consumo de mamífero mediano, oveja o cabra y finalmente ave, donde llama la atención la presencia de Rheidas. No hay cortes de serrucho, aspecto que puede indicarnos una antigüedad que se remontaría al siglo XIX,
La evidencia de un fragmento óseo humano parece extraña, y la explicación debe quedar en manos de los excavadores, ya que por vía de documentación, o por circunstancias que hubieren surgido durante la excavación.
Agradecimientos
Agradezco al Dr. Schávelzon la oportunidad que me ha brindado de examinar restos óseos de sitios históricos.